¡Y ya dije!
Si algo admiro en esta vida es el carácter fuerte de las mujeres, sobre todo el de las mujeres mexicanas, como el de las integrantes de mi familia y amigas. El título de esta columna de opinión personal está inspirado en mi MADRE: incansable guerrera que no para de repetir que «nuestro pecho no es bodega»; en las enseñanzas y dichos que me han enseñado a lo largo de esta novela llamada vida y, sobre todo, en la frase que remata cualquier comentario sagaz de mi querida tía Teresita: «¡Y ya dije… aah!»